jueves, 15 de marzo de 2012

Justicia a la mexicana: Chalco y #ElGentlemenDeLasLomas



I
Chalco

“Ojo por ojo y el mundo terminará ciego”
Gandhi
 

México se conmocionó ante el brutal linchamiento de tres jóvenes en Chalco, que fueron masacrados por una turba que aparentemente fue manipulada por la madre de una joven que hizo creer a una turba enardecida, que estos muchachos eran secuestradores.

¿En qué momento la ley y la justicia se remiten a prenderle fuego a la gente? ¿cuál es el detonador que mueve a las personas a convertirse en parte de una muchedumbre psicológica en la que pierde su individualidad y se deja llevar por el instinto? ¿Y los representantes de la ley? ¿Y la justicia?

Y ya que hablamos de justicia, debemos considerar también en esta ecuación a sus “representantes”, esos dignos funcionarios que ponen precio a la ley, o detienen ilegalmente a ciudadanos “sospechosos” sin orden judicial o que traicionando lo que representan, deciden corromperse al transar con aquellos que deben perseguir y enjuiciar.

En ese orden de ideas, no es de extrañar entonces que la masa  (real y virtual) sea tan manipulable, moldeable y utilizable en términos de aquel que en aras de sus propios intereses saque raja política, económica o de cualquier otro tipo con el único fin de “llevar agua a su molino”.

II
Sacal

Los casos del #GentlemenDeLasLomas y de los tres jóvenes linchados en Chalco, demuestran que eso que llaman justicia no ha evolucionado. El circo romano, en el caso de Sacal y la inquisición colonial en el caso de Chalco, son lamentables botones de muestra de una sociedad en vías de descomposición: decadente, hipócrita y malvada.

En Trascendió del diario Milenio, se afirma:
“(…)Que en la detención del Gentleman de las Lomas, Miguel Sacal, pesó la mano del jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, quien desde que se divulgó el caso, el 10 de enero, ordenó al entonces procurador, Miguel Ángel Mancera, evitar la impunidad.
Mancera le pasó la estafeta a Jesús Rodríguez Almeida, nuevo titular de la PGJDF, quien todos los días reportaba los avances, hasta que la nueva Policía de Investigación detuvo al empresario textilero(…)”
Si lo anterior es cierto, entonces podemos seguir la estrategia mediática de “demostración” de la justicia más convertida en circo romano que en verdadera aplicación de la ley.

El capital político del Jefe de Gobierno y el impacto para la izquierda en el DF y en el país, es evidente, en términos de impacto positivo en la opinión pública; sin embargo, surge la pregunta: ¿es legal exhibir de esta forma al señor Sacal Smeke? ¿No es por lo menos un abuso lo que se comete en estos términos? ¿Y los derechos del señor Smeke?
  

Y es que es evidente que tanto en el caso de Chalco como en el del señor Smeke, no se busca la justicia, sino la venganza y si en el inter se puede politizar el asunto y sacar raja del mismo, pues qué mejor.

No sorprende, pues, que la muchedumbre psicológica pida sangre. Una nueva víctima que inmolar diariamente a través de las redes sociales y los medios de comunicación convertidos en ministerios públicos.

La cautela, la prudencia y la razón brillan por su ausencia en ese contexto. Cuidado. Así es muy fácil que surjan “líderes”, “seguidores” y “caudillos” que atraigan a los usuarios o lectores justo a donde convienen sus intereses.

En un mundo maniqueo, signado por “buenos” y “malos”, no hay términos medios que nos hagan preguntarnos ¿dónde termina el criminal y comienza el enfermo? Lo que hizo el señor Sacal en contra de Hugo, es más que deleznable, pero hay quienes en un afán de “justicia” no se quedaron atrás.
 
 
 

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¿Ayudaría explicar a estas buenas almas que gente como el señor Sacal hay en todas las comunidades sin distinción y que el reprobable hecho no tiene absolutamente nada que ver con la religión, la política o la ideología? Probablemente no.

Lamentable es lo que hizo el señor Sacal, pero también lo es la forma de administrar “justicia” en este caso y en el de Chalco y en tantos más que no salen a la luz en México.

Cuando veo al señor Sacal, observo a una persona muy enferma, espiritual, psicológica, emocional y físicamente, que necesita tratamiento médico. Parece un muerto en vida  y no estoy segura de qué tan efectivo sea el procedimiento que conlleva el linchamiento público y la cárcel….porque queremos justicia, ¿verdad?

¿Usted qué opina, estimado lector?

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