Artículo publicado en SDP noticias
La denominada “evaluación universal” para docentes, fue la última venta de la lideresa magisterial al gobierno que encabeza el presidente Felipe Calderón, eso es un hecho, pero ¿sabemos lo que esto significa?
Opacidad y omisión
Los profesores de este país, confiados en que los “líderes” sindicales hacen su trabajo al cuidar los derechos de sus agremiados, dan por hecho que estos saben cuál es el camino a seguir , pero las evidencias demuestran que esto no es así.
¿Podemos confiar en los líderes de las seccionales de cada Entidad Federativa? Evidentemente no. Gracias a los videos filtrados a la opinión pública por la misma Elba Esther, sabemos que “los líderes” son utilizados por la lideresa magisterial a discreción de sus intereses y conveniencias. Baste recordar cómo utilizó a los que ella denomina “los Callejas” en la elección de Veracruz: “Reconozco que fui perversa” dijo.
En aras de mantener el control de sus agremiados, la información que los profesores han recibido en el caso específico de la evaluación universal, ha sido demorada, confusa y a cuenta gotas. En artículos anteriores he dado cuenta de la demanda demanda laboral colectiva interpuesta por 25 mil docentes, que todos deberíamos apoyar, en la cual se establece:
“ Tanto la SEP como la cabeza del SNTE, Elba Esther Gordillo, han sido omisos en tratar públicamente el tema de las pruebas obligatorias a las y los docentes, y por otro lado siguen insistiendo en que los lineamientos del programa de carrera magisterial son un estímulo para más de 700 mil profesores que se han inscrito voluntariamente, ocultando que con las nuevas disposiciones y acuerdos firmados por Gordillo, la evaluación será forzosa”[i]
Evidentemente tiene todo el sustento la afirmación anterior. Hay opacidad dolosa en el manejo de la información de la aberración educativa denominada “Reforma 2011”
Nadie puede negar que en este momento, el docente frente a grupo se encuentra expuesto a un sinfín de reclamos y condicionamientos: cursos, diplomados, exigencias administrativas ilógicas, fuera de tiempo y realizadas al vapor, que permiten suponer que es una calculada distracción planeada por quienes dirigen los destinos magisteriales para que el profesor no lea, no se informe, no analice ni reflexione las condiciones en las cuales Elba Esther negoció la reforma 2011 y sobre todo: no se organice para reclamar sus derechos.
¿Por qué la información de las reformas a los estatutos no es clara ni llega en tiempo y forma a los docentes frente a grupo, que son considerados como el último eslabón de la cadena jerárquica de mando del maridaje SEP-SNTE, pero que conforman todos ellos la base magisterial que puede pedir la remoción de los líderes seccionales y de la lideresa magisterial?
Los profesores padecemos un insalubre exceso de confianza en los líderes sindicales y nos podemos llevar sorpresas desagradables cuanto los responsables de la debacle educativa se encuentren en las Islas Caimán y no haya nadie a quien pedir cuentas por haber negociado el futuro del gremio magisterial.
Consideraciones
No se trata aquí de estar a favor o en contra de la evaluación a los profesores, el punto es que no existe la transparencia ni en el SNTE ni en la SEP para que los trabajadores de la educación tengan la seguridad de que este es un mecanismo confiable.
Antes de pretender evaluar a los profesores, debe rendir cuentas la SEP acerca de “La Estela de Luz”, las reformas educativas bajo el enfoque por competencias y todas las demás ocurrencias que le permitió implementar al yerno de la lideresa magisterial.
Antes de pretender evaluar a los profesores, debe haber una auditoría de VIMA, de las cuotas sindicales, de los profesores comisionados, del ISSSTE y de la LOTENAL.
La evaluación universal está basada en un instrumento parecido a ENLACE, que no puede ser considerado determinante para conocer el verdadero nivel del profesor, porque se relaciona con carrera magisterial, donde el nivel académico del docente no es relevante y se entiende por “aprovechamiento del alumno” el resultado que obtenga de un único instrumento de evaluación. Todo lo anterior es ocurrencia del yerno de la señora Gordillo, avalado por quienes han estado al frente de la Secretaría de Educación
Sin embargo, aplicado en condiciones ideales, la evaluación universal representaría el final de los cotos de poder sindicales, donde “el líder” otorga a discreción plazas y ascensos y otorgaría algo que los puestos magisteriales no tienen: legitimidad.
Lo anterior implicaría que verdaderamente los mejores hombres y mujeres estarían al frente de la educación de este país, lo que implica considerar el bosque, no sólo el árbol.
Hasta ahora, en la estructura jerárquica de la SEP, los puestos de supervisión y jefaturas de educación corresponden solamente a incondicionales del líder sindical, quien “palomea” las listas de aspirantes al cargo. Nada tiene que ver un profesor o directivo que construye aulas, eleva el nivel académico del plantel, ofrece educación bilingüe y no cobra inscripción.
Sin embargo, todo lo anterior es irrelevante en el contexto de cómo se asignan los cargos en la estructura jerárquica de la SEP, porque al SNTE no le interesan los niños, sino los profesores que puede movilizar en plantones, marchas y levantamientos y que además puede utilizar como operadores políticos ad hoc a los intereses del político, candidato o aspirante a la presidencia de la república a quien la lideresa magisterial señale como “amigo del gremio magisterial”
Cédulas a resguardo
Hoy, el SNTE pretende retractarse, volver a negociar, ahora quiere ser prudente, cuestión que debe ser analizada en el contexto de la salida de su yerno como subsecretario de educación básica de la Secretaría de Educación Pública.
De nuevo, las cartas políticas parecen favorecer a la señora Gordillo, porque la cédula de evaluación universal representa el pretexto ideal para romper definitivamente con el gobierno federal, sin considerar que si la iniciativa ya está en marcha es porque Elba ya la negoció.
No hay comentarios:
Publicar un comentario