Artículo publicado en SDP Noticias
Estimado lector ¿es usted un prianazi prieto o un pejezombie chairo?
Si usted es asiduo visitante de este espacio de noticias, sabrá a lo que me refiero. Por supuesto, puede usted decidir, en justo derecho, no ajustarse a esta clasificación, situación que lo pondrá en un predicamento, pues ambos bandos lo tildarán de “traidor” y “vendido”, por decir lo menos.
Difícil ¿eh?
¿Sabemos avanzar los mexicanos o nos quedaremos anclados al pasado? La respuesta parece estar en las continuas referencias a las elecciones de 2006 y lo lamentable no es eso, sino que al descalificar a unos , automáticamente se agravia a otros, evidenciando de paso una grave falta de autocrítica.
Es extraño, pero en México se piensa que “políticos” son todos los demás. Cuando alguien dice “no soy político”, está afirmando aquella condición que niega. Igual que quien afirma “soy apartidista”, porque no hay tal cosa, en tanto el ciudadano tome como referencia otras posiciones para establecer la propia: ser apartidista implica de hecho asumir y defender una postura política.
Por ello, la crítica a los políticos no es creíble más que cuando los ciudadanos son capaces de hacer un juicio crítico sobre ellos mismos y sobre sus propias obras ¿para qué quiero que gane X candidato? ¿para que él resuelva como por arte de magia todos los problemas que atraviesa el país? Esto es una falacia. Nada cambiará en tanto el grueso de la población pague mordidas y acepte sobornos, difame al vecino y demande respeto, diga que juega limpio y pacte con mafiosos. La parte más complicada no está afuera, sino dentro de nosotros mismos, en el ADN del ciudadano mexicano.
Nadie en su sano juicio, desea ver a México en las condiciones en las que se encuentra actualmente. Independientemente de a quién haya otorgado su voto. Si estamos de acuerdo en esto, eso significa coincidir y sin este verbo, nada se puede construir.
Donde sólo hay ofensa, descalificación y agravio, no se puede proponer, debatir, construir. No hay nada qué hacer ahí. En algún momento, los mexicanos deberemos superar las diferencias y salir adelante, en aras de dejar atrás la muerte, la corrupción, la violencia y la desolación.
Pero ¿cómo se logra eso?
El ágora
Dice Savater, que los indignados en España redescubrieron el ágora, que para los griegos era la plaza pública de las polis (ciudades). Él ya estaba francamente preocupado de que los jóvenes españoles estuvieran más ocupados en seguir comentando el Mundial de fútbol del año pasado que en las condiciones en las que se encontraban España, Europa y el mundo. ¿Cómo se gesto este movimiento? El filósofo lo explica así[i]:
“Durante los primeros dos o tres meses, era gente que se reunía, que hablaba, que redescubrió que hablar de las cosas que pasan puede ser incluso más divertido que otros entretenimientos estereotipados que se brindan a veces por televisión”
Savater además, está preocupado por una característica de la política en España que es compartida por México: la polarización que produce la política en un país lastimado por la crisis en todos los ámbitos de su estructura.
Todos los políticos, dice el filósofo, malos y buenos, son unos señores que ha votado la gente y, si usted apedrea al político, no sólo apedrea al político: está apedreando a los votantes que han sufragado por ese señor. Se habrán equivocado, pero hay que tener un poco de respeto a los conciudadanos.
¿Y esto sucede así? Evidentemente no, porque el intercambio de opiniones comienza por la identificación plena de la persona que participa en ese diálogo y en ese sentido podemos enunciar grosso modo algunas características de un ciudadano que ejerce una postura crítica y constructiva:
1.- Se identifica
2.- No insulta, ni agrede ni difama
3.- Escucha
4.- Razona
5.- Consensa
6.- propone
¿Qué sucede si la sociedad mexicana no es capaz de trascender los tiempos que vivimos? Como todas las democracias, la mayoría decidirá el rumbo del país y el hecho de que mucha gente apueste por un proyecto, no significa que este sea el mejor, pero la minoría que no ganó está obligada a sumarse al proyecto colectivo ¿queremos seguir igual, quedarnos como estamos o retroceder como sociedad? El cambio comienza por nosotros mismos.
@Morf0
Por sus características, twitter ofrece muy buenas posibilidades de convertirse en un ágora virtual, pero lo cierto es que por ahora, es lo más cercano a un circo romano ávido de carne fresca y existen personas que parecen urgidas de ser los nuevos mártires del foro y eso es porque desconocen cómo y para qué funciona.
Todavía no existe un consenso entre los profesionales de la comunicación respecto a las funciones específicas de twitter y su validez en términos de “notas periodísticas”. Lo que sí sabemos es que esta red social no es un ministerio público ni es un medio por el cual se diriman diferencias en términos legales.
Twitter, como medio de información, parece ser el nuevo oráculo de Delfos y aquellos usuarios que son considerados fuentes fidedignas, hacen las veces de los pitonisos encargados de diagnosticar el presente y predecir el futuro. En ese sentido, el tuitero @Morf0 es el nuevo Tuiteriso del esoterismo virtual. Ahora mismo, se le conoce como:
- Walter Morf0 Mercado
- Pulpo Morfus Paul
- Morf0dramus
La súbita atención recibida en twitter se debió el siguiente mensaje, escrito antes del siniestro en el que perdió la vida el Lic. José Francisco Blake Mora y siete funcionarios más
1.- Hubo quien defendió la posición de los tuiteros veracruzanos en el sentido de que twitter es, básicamente un medio de entretenimiento y no puede tomarse con seriedad la información que ahí aparece publicada; sin embargo, pedían que se investigara al usuario @Morf0 por su presunta implicación en los trágicos hechos del viernes 11 de Noviembre (¿?)
2.- Por otra parte, estuvieron presentes los hijos de Sherlock Holmes con una teoría ampliamente desarrollada por una imaginación privilegiada, con hipótesis y “comprobación” incluídas a partir de la información generada en twitter; sin embargo, están totalmente seguros que @Morf0 sólo bromeaba (¿?)
Por todo lo anterior, estimado lector, podemos concluir que las redes sociales están muy lejos de ser consideradas ágoras virtuales. El ágora clásica, donde la gente dialoga, discute y consensa, es la que origina movimientos, marchas, manifestaciones y cambios. Pugnemos porque así sea.
[i] Letras Libres. “El desengaño español”. Núm. 155. Pág 30-33
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