Artículo publicado en SDP Noticias
La historia demuestra que algunos de los más grandes estadistas han sido también lectores asiduos. La inspiración que han obtenido de los clásicos de la civilización humana se ha concretizado en acciones e iniciativas que permiten al pueblo que gobiernan caminar hacia la utopía que, inalcanzable, posibilita el seguir un camino ad hoc a las necesidades humanas.
Conocer la historia, por ejemplo, permite aprender de los errores en aras de no volver a cometerlos.
El peligro que encierra “el carisma” es que evidencia un pueblo que apuesta por la forma, no por el fondo. El caso de Enrique Peña Nieto es emblemático.
Ignacio Rodríguez Reyna, es quien en la obra “Los suspirantes”, coordinada por Jorge Zepeda Patterson, dedica 43 páginas a analizar el modus operandi que más tarde comenta tal cual Denise Dresser en un video que retoma el título original de Rodríguez Reyna: “Enrique Peña Nieto. El ¨Luis Miguel¨de la política “
Hay un pasaje que puede explicar exabruptos como el cometido ayer por el aspirante del PRI a la presidencia de la república en la FIL de Guadalajara.
“Lo cuidan mucho. Por ejemplo, fue al informe del presidente municipal de Tultepec. Están contados los pasos que tiene que caminar. Se revisan las sillas. Hasta el agua que toma la prueba antes una mujer como medida de seguridad”
Y agrega:
“ (…) Usa el teleprompter, ese dispositivo con una pantalla frente a él, en la que van apareciendo las líneas que debe decir. Y también por los discursos escritos. Y eso es lo que hace: lee. No improvisa mucho. Es un político de escenarios preparados y controlados”.
Lo que nos lleva a la siguiente reflexión ¿es México un país de lectores? Hubo muchísimas burlas al respecto de la confusión de Enrique Peña Nieto en la FIL, pero ¿cuál es el último libro que usted ha leído, estimado lector? ¿Cuál es el libro que más ha influido en su vida? ¿Puede nombrar tres libros escritos recientemente que hayan modificado o confirmado su criterio o juicio de valor acerca de alguno de los aspirantes a la silla presidencial?
Y es que por ahí debemos comenzar, para poder lograr que en México prevalezca el homo sapiens antes que homo videns.
¿Usted qué opina, amable lector?
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