sábado, 3 de diciembre de 2011

En la cama con el rey

Artículo publicado para SDP Noticias


Estimado lector, para este “buen fin”, para las próximas fiestas y para cualquier ocasión especial,  adquirir un libro, ya sea para obsequiar o para deleitarnos con su lectura, es siempre una buena decisión. 

En esta ocasión, me permito compartir con usted una obra que sin duda es una buena opción en la mesita de noche.



Sin duda, es un libro entretenido, pero sujeto también a diferentes lecturas. Más allá del paradigma femenino del siglo XXI que dicta igualdad entre los sexos, me parece interesante plantear algunas situaciones con las que no estoy de acuerdo con la autora, sin menoscabo de la investigación rigurosa con la que elaboró este ejemplar.

1.- La verdadera nobleza es una actitud, un sentido profundo del honor, refinamiento, humor agradable y cortesía exquisita hacia los demás. La belleza es un plus, pero por sí misma no tiene más valor que un jarrón bonito.

 2.- Es bueno haber nacido bella (o)... ¡qué bien! pero esto puede ser también una maldición, como la autora misma narra a través de la vida de las mujeres que se convirtieron en maítresse-en-titre (amante real oficial) de hombres castrados emocionalmente, de tal manera que sólo estaban listos para apreciar la belleza externa...la interna no venía al caso.

 3.- Sin restar los méritos de investigación histórica de la autora para redactar la vida de las amantes más célebres de algunos reyes famosos, ella comenta que: "Tras cinco años como amante de Luis XV, madame de Pompadour perdió su buena apariencia y dejó de luchar contra su frigidez. Sin belleza y sin relaciones sexuales, el rey siguió adorándola porque ella se dedicó a hacerlo felíz. Era entretenida, alegre, hizo de la conversación una nueva forma de arte y nunca jamás lo molestó"...

Mi comentario apunta en el sentido de que esto no es del todo cierto. Hay un pasaje histórico que ofrecería una explicación a lo anterior en el caso específico de Madame Pompadour, quien no pudo reprimir el escándalo al consignar la ley a una bruja que tenía enterrados en su jardín los restos de más de cien bebés. 

Al ser torturada para que confesara, ésta dijo nombres y dio detalles acerca de la celebración de las misas negras a las cuales la maítresse-en-titre era tan asidua. Al rey le daba en su comida brebajes que contenían heces de rana e intestinos de bebé y el rey entendió así por qué cuando cenaba con Madame de pompadour amanecía con un terrible dolor de cabeza seguido de nauseas y vómitos.  

Esto significó el fin de la Pompadour y el advenimiento de la absolutamente nada simpática ama de llaves e institutriz que ella misma había contratado para "hacerse cargo" de sus hijos (quienes de hecho la aborrecían) como un oasis en el desierto del rey, quien se enamoró perdidamente de la poco agraciada viuda y se casó con ella después de que la reina había fallecido. Y viene al caso de nuevo la frase de ad hoc al caso: La belleza física , en más de una ocasión, sólo es una finta "engaña-bobos"

4.- Algunos sociólogos comentan acerca de las ventajas de haber nacido poco agraciado físicamente y no es broma. En teoría, tiene más posibilidades de potencializar otras virtudes la persona que no es bonita o atractiva que aquella que atrae la atención y la simpatía de los demás per se. Culturalmente, estamos condicionados para relacionar la belleza con lo bueno (bondad, verdad, amistad...) y la fealdad con lo malo (perversidad, mentira, traición...) pero sucede con aquellas personas que de pronto pierden la vista y se ven obligadas a potencializar sus otros sentidos, tienen por ende una perspectiva totalmente distinta de quien utiliza este sentido como base para utilizar su criterio, cualquiera que este sea. ¿Cuántas veces, estimado lector, nos hemos sorprendido comprando algo que no tiene utilidad alguna sólo porque “es bonito” o eligiendo tal o cual modelo en base a la forma y no a la función?

5.- En el último capítulo, la autora analiza las relaciones de las amantes reales hoy en día, bajo el influjo de los mass media, pero temo decir que difiero en su perspectiva acerca de la relación entre el triángulo amoroso formado por Diana, Carlos y Camila de Inglaterra:

 "Quizá Diana, al mirar en el espejo su glamorosa belleza, sabía que no podía ser la apariencia de Camila lo que había seducido a Carlos alejándolo del lecho matrimonial; peor que eso, era algo de lo que Diana carecía por dentro y que Camila tenía, y ese amargo conocimiento era como sal frotada en su doliente herida"...  

Es posible que la autora haya perdido de vista "el factor Carlos", un poco agraciado ser humano convertido en "príncipe", un bueno-para-nada que nunca ha conseguido algo por mérito propio, incapaz de atarse sus propios zapatos. No es un comentario justo para un "príncipe" que en nuestros días tuvo un lujo más del que carecieron sus antepasados: el poder de elegir. Nadie lo obligó a casarse específicamente con aquella que resultó una mujer capaz no sólo de divorciarse, sino de gozar de un peso específico propio que se demostró después de su muerte con el título de: “princesa del pueblo”

6.- El epítome del análisis de la autora, se resume en este párrafo:

" (...)esta sorprendente explicación aclara completamente lo ocurrido entre el triángulo Carlos, Diana y Camila. Mirando las fotos todo el mundo se pregunta cómo es posible que el príncipe Carlos haya huído de la radiante hermosura de Diana para caer en los brazos de Camila, de apariencia tan común ¿cómo fue posible eso? simplemente porque Diana lo molestaba, se quejaba, gemía, lo acosaba, tiraba floreros y aporreaba puertas. Al llegar a donde vivía Camila, a Carlos le ofrecían vino y queso, le preguntaban cómo le había ido durante el dia y le contaban alguna historia graciosa ¿qué compañía preferiría usted?"...

Sí, es cierto lo que comenta la autora, pero pierde de vista que: 

a).- Camila también era amante de Carlos. Camila también era una adúltera. No reñía a Carlos porque seguramente ya había tenido suficiente… con su esposo 

b).- Si la premisa básica para ser considerada una "buena esposa" es no molestar, no quejarse y no tirar floreros, ya estuvo. 

c).- ¿La indiferencia es muestra de amor? ¿Cómo es el amor? ¿Qué es el amor de pareja? ¿Cuál es la forma ideal de amar al otro? ¿Hay formas ideales en el amor?

Y para finalizar, estimado lector, las últimas intrigas palaciegas reportan que Camila y Carlos están de hecho, viviendo por separado ¿Justicia poética? Quién sabe. Lo cierto es que con esta obra nos damos cuenta de que hasta la lectura más frívola puede enseñarnos una lección, en más de un sentido.

¿Usted qué opina, amable lector? 

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