La hidra
Hay quien sigue
pensando que la lideresa magisterial es el problema y que una vez
desapareciendo del mapa gremial, la educación de este país superará sus cada
vez más grandes rezagos en calidad, equidad, pertinencia. Nada más falso. El
problema del SNTE es estructural. Mire usted.
El Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación tiene cotos de poder muy bien
distribuidos. Una de las explicaciones acerca de la permanencia de la señora
Gordillo en el poder, es que ha respetado esos liderazgos en cada una de las
Entidades Federativas. Dicho coloquialmente: el pastel está perfectamente bien
distribuido y el modus operandi perfectamente bien aprendido. Hay una
Elba Esther en cada seccional de cada Estado en México. “Líderes sindicales”,
les llaman.
No es de
extrañar, pues, que ahora estos mismos seccionales y sus “líderes”, pretendan
desconocer a la lideresa magisterial. Es más, se espera que lo hagan, en aras
de conservar sus propios privilegios y preservar todo tal cual, vendiendo la
idea de que el problema radica solamente en la señora Gordillo. Evidentemente,
esto no es así.
Si bien es cierto
que la lideresa magisterial es en estos días un lastre para cualquiera, no se puede pasar por alto que ha demostrado
ser una hábil operadora política y la prueba es que se vendió caro al
presidente Felipe Calderón. Nunca 0.56 % significó tanto para un país en
términos de cesión de posiciones políticas que afectaron áreas nodales en
México.
En ese sentido,
muchas de las desafortunadas decisiones del señor presidente Felipe Calderón
estuvieron en función de legitimar su posición, pasando por alto, entre otras
cosas, los intereses de los niños de este país, a quienes está obligado a
cuidar, servir y proteger aún a costa de sus propios intereses, por legítimos
que estos sean. Debido a ello, la Educación es una de tantas cuentas pendientes
que dejará la administración del Lic. Felipe Calderón, sin duda.
La hidra de Lerna
es una criatura mitológica a la cual era prácticamente imposible vencer, porque
por cada cabeza que perdía o le era amputada, nacían dos. Por otro lado,
cancerbero era el guardián y protector de la puerta que conecta el plano de los
seres vivos con el Hades.
Siguiendo el
orden de ideas que representan las figuras mitológicas de la hidra y el
cancerbero, se debe recordar que ambos fueron pruebas que superó Hércules y
como en todas las historias de este tipo, subyace una lección que aprender. ¿Tendremos
los profesores la fuerza necesaria para transitar este momento superando a la
hidra y el cancerbero en aras de proteger y preservar nuestro trabajo y la
formación de las futuras generaciones de mexicanos? Será interesante ir
dilucidando la respuesta a tal interrogante, sin duda.
¿A quién conviene que La Educación en México siga tal
cual?
Es menester
señalar que los intereses creados al amparo de la corrupción y el statu quo de los
“líderes sindicales” y sus incondicionales, está en peligro si es que Elba
Esther y su modus operandi, que incluye la preservación de las seccionales de
los Estados, son removidos.
Hasta el momento,
el nivel de corrupción en el maridaje SEP-SNTE es tal, que la parte oficial no
tiene margen de maniobra. Toda decisión pasa por el filtro sindical. Los
puestos más elevados en la jerarquía son otorgados a aquellos cuya lealtad ha
sido puesta a prueba: organizando las porras más indignas al líder en turno,
limpiando las propiedades del representante sindical, aceptando compartir la
intimidad con el susodicho o todas las anteriores.
Increíblemente,
en el sistema educativo, lo menos importante para ser Inspector Escolar, por
ejemplo, es la preparación profesional. Si tomamos en cuenta que este puesto
significa conocer de primera mano los cursos y diplomados que capacitan a los
docentes y guiar a los compañeros en su práctica docente diaria, no se explica
entonces por qué son otras personas las que desempeñan estas labores.
En una reunión
sindical, uno de los líderes explicó que un docente puede tener doctorado, pero
si no adquiere la “sensibilidad” que brinda la militancia sindical (¿preservar
el statu quo y la lealtad hacia el líder?) para “tratar a los compañeros”,
entonces jamás podría aspirar a un puesto de mayor jerarquía.
Voto corporativo
Los que piensan
que en el magisterio no existe el voto corporativo, evidencian un total
desconocimiento del modus operandi de los líderes sindicales, de los cuales
Elba Esther es sólo la cara conocida.
Los puestos de
mayor jerarquía, como las supervisiones escolares, que tienen a su cargo zonas
con ocho, diez o más escuelas, son otorgadas a quienes fungen además como operadores
políticos del SNTE. Por eso, esos puestos no son otorgados por la
capacidad intelectual del aspirante, sino por su lealtad al líder de turno,
como anteriormente se detalló.
Tucután el verde
Existe una
Entidad Federativa en la cual opera un gobernador del PRI. El líder sindical,
que tiene más años en el poder que Elba Esther Gordillo, operó junto con toda
la estructura del SNTE a favor de este
político y de su partido.
A pesar de que en
el discurso las plazas magisteriales escasean, en tiempos de elección abundan
como prebendas y monedas de cambio de quienes ven en la Educación sólo un coto
de poder y de conservación de privilegios.
Hace algunos meses,
a los docentes les descontaban de sus cheques puntualmente los cobros derivados
de préstamos hipotecarios, de automóviles y de cualquier otro rubro en el que
el profesor hubiera decidido invertir sus quincenas. El caso es que esos
dineros nunca llegaron a su destino. De repente, miles de docentes empezaron a
recibir cartas con amenazas de embargo, porque el gobierno del Estado jamás
realizó los pagos a su destino, pero sí descontaba puntualmente la deuda a los
docentes. Por supuesto, esto fue en época de elecciones. No había dinero.
Punto.
¿Qué hizo el
sindicato? Nada. Por el contrario, realizó reuniones con los afectados para
medir y sondear el descontento. Hasta ahora, todavía faltan algunos agremiados
que no ven claro lo del asunto de los pagos y descuentos.
La función del
SNTE en Tucután el Verde no es la de defender a sus agremiados, sino la de
proteger el statu quo del gobernador priista que administra cual virrey los
destinos de la Entidad. “Aquí no pasa nada”, es la consigna a defender.
Por todo lo
anterior, no es de extrañar que las siguientes preguntas sigan sin obtener
cabal respuesta
-
¿Conviene a los intereses de las clases políticas y
sindicales (entre otras) de este país, formar ciudadanos críticos, analíticos y
reflexivos?
-
¿Qué sucedería si nuestros alumnos comienzan a cuestionar
el statu quo del gobernante que decide utilizar la escuela como un recurso más
de propaganda política, pintando aulas, pupitres y uniformes del color del
partido político al que debe su posición de poder?
-
¿Conviene a los poderes fácticos y sindicales que el
profesor se vea a sí mismo como un verdadero profesional de la educación?
-
¿A quién interesa que tener el poder latente y real de
lanzarte a la calle a exigir mejores salarios, como si el quehacer docente
fuera equiparable al trabajo (digno, pero diferente) del obrero, el burócrata o
el campesino?
-
¿Qué pasaría si no necesitaras más que tu propio
intelecto para hacer frente a las adversidades cotidianas presentes en el
plantel escolar?, lo que nos lleva a la última y nodal cuestión:
-
¿Conviene a los intereses de las clases políticas y
sindicales que el profesor sea realmente un intelectual por los cuatro
costados?
El deslinde
Múltiples
lecturas ha tenido el hecho de que el PRI haya decidido finalmente no ir en coalición
con la señora Gordillo. Sin embargo, esta decisión viene tarde y descompuesta.
En la mente del elector, la señora Gordillo es una profesora a la altura de lo
que el candidato Peña Nieto requiere, ni más ni menos.
Por otro lado, si
bien es cierto que fue el ex presidente Carlos Salinas de Gortari quien
encumbró a la lideresa magisterial, también es cierto que en esta
administración, del presidente Felipe Calderón, ha sido más fuerte que nunca,
al grado de “mandar a la fregada” al mismo Ejecutivo, quien sólo ha guardado
silencio, avalando así la impunidad que goza toda la estructura del SNTE al
amparo de la señora Gordillo.
Así las cosas,
¿Usted qué opina, estimado lector?
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