sábado, 25 de febrero de 2012

Los renglones torcidos del SNTE




“Renuncien a toda esperanza quienes aquí entren…”
Dante. El inferno


En los términos en los que actualmente funciona el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, mejor conocido como SNTE, es imposible pretender siquiera elevar la calidad de la educación.

Las aparentes reformas promovidas desde el gremio de profesores, se han contextualizado en negociaciones políticas con el poder en turno, en aras de cumplir con los requisitos que demanda la OCDE.

No hay posibilidad alguna de que compaginen los docentes responsables con los modus operandi de los líderes sindicales de los gremios que conforman cada una de las 59 secciones que conforman esta estructura gremial[i]. Mire usted.



“Televisa quiere la SEP”: Elba

Luis obtuvo una beca para ir a España de parte de la fundación Bécalos. Él siempre ha sido un docente inquieto en relación a saber, conocer y aplicar las corrientes pedagógicas y teorías psicológicas en aras de formar educandos críticos, analíticos y reflexivos.

Sin embargo, Luis está viviendo una pesadilla.

Por escalafón, le tocaba ser director de una escuela desde hace 7 años, pero los manejos de la delegación sindical de su zona escolar, no se lo habían permitido, debido a que se habían privilegiado estos puestos para beneficiar a profesores cercanos al Inspector Escolar y afines a la Sección Estatal del SNTE.

En época de elecciones, estos docentes que deben su puesto al SNTE, se desempeñan como eficientes operadores políticos, responsables del peso político que se atribuye a la lideresa magisterial.

Lamentablemente, Luis no se ve a sí mismo como un burócrata asalariado, sino como un verdadero profesional de la Educación. No ha tenido tiempo de asistir a mítines, marchas ni plantones del SNTE, porque ha estado demasiado ocupado preparándose en el contexto de las necesidades que demanda la cambiante sociedad del conocimiento.

Antes de tomar posesión del plantel como director del mismo, el Inspector Escolar le ha hecho saber a Luis que tiene conocimiento de que el programa “Bécalos” adoctrina profesores para que “se crean muy- muy” (sic). Le advierte que no se equivoque y que se vaya con cuidado.

Este Lunes, Luis vivió una escena surrealista.

Al llegar al plantel escolar, observa que la escuela está tomada por los profesores que conforman la plantilla docente. “Fuera el director” anuncian las mantas que los padres de familia, bien asesorados por los profesores, sostienen en el portón de entrada.

Al llegar el supervisor escolar, con una sonrisa piadosa, le dice a Luis: “Te lo dije, compa”. La delegación sindical, que tiene la obligación de velar por los intereses de todos los involucrados, está claramente a favor de los docentes: “El maestro Luis ha lastimado los derechos de los trabajadores, No es un líder sociable, participativo ni humanista”.

Luis no lo puede creer.

Alguien le hace favor de traducir lo que dicen sus compañeros: Por “humanista”, ellos quieren decir que los dejes salir temprano en los días de quincena, que no los presiones con la planeación semanal, que les permitas entrar y salir a la hora que quieran…Por “sociable” ellos entienden que convivas con ellos, entres a su casa, conozcas la historia de su vida y les hables con cariño, preferentemente usando términos como “manito” o “manita”…Y finalmente, por “participativo” quieren decir que suspendas clases cada vez que la Sección sindical del Estado recorra la región para “informar” a los profesores acerca de los logros sindicales.

La decisión está tomada. El secretario general de la delegación sindical que corresponde a la zona escolar donde trabaja Luis, declara en un alarde de sabiduría gremial: “es más fácil mover a uno, que a cinco” y de esta manera, Luis es corrido penosamente del plantel que algún día soñó con transformar para bien de los niños de la región.

Luis “está en la banca”, es decir, no tiene escuela alguna a su cargo. La delegación sindical y los profesores de su escuela se han encargado de que los periódicos consignen que Luis “es conflictivo” y que nadie puede trabajar con él.

Ahora, Luis debe hacer lo que antes no hizo: adular al charro sindical en turno, militar sindicalmente, acompañarlo a giras, mítines y reuniones y jurar lealtad al equipo sindical para poder siquiera concebir la posibilidad de volver a ejercer como docente.


“El SNTE soy yo”: Elba

Para poder comprender este fenómeno, me permitiré utilizar los conocimientos y las reflexiones del Dr. Gregorio Hernández Zamora[ii], quien es Es Doctor en Lengua y Cultura Escrita por la Universidad de Berkeley (EUA), donde fue becario Fulbright y UC-MEXUS.  
¿QUÉ ES EL CACIQUISMO SINDICAL?
Greg comenta: “La pregunta exige ir al núcleo del sistema caciquil. ¿Qué es un cacicazgo y en qué radica su eficacia? Un régimen caciquil es por definición un régimen tiránico, despótico, medieval. Es una relación de subordinación y tutelaje entre un “cacique” y sus vasallos. Aunque su utilidad suele ser política y económica (intercambio de recursos y beneficios), la esencia de su eficacia radica en una actitud personal de dependencia servil, cuyo origen colonial raramente se percibe y menos aún se comprende en el ámbito educativo mexicano. ¿En qué consiste y por qué es tan poderosa la Doctrina Caciquil? Para entenderlo debemos entender sus raíces psicológicas e ideológicas”
Uno de los significados de la palabra “charro” con la que denominan a los líderes caciquiles sindicales, significa “el que arrea a las bestias”. El diccionario, que no brinda “significados” sino síntesis conceptuales, ofrece varias interpretaciones del concepto que significa un elogio para algunos líderes sindicales, porque refleja sus capacidades de líder ante sus seguidores.

LA MENTALIDAD COLONIZADA
El Dr. Hernández Zamora explica muy bien esta cuestión: “ ¿Cómo surge y en qué se sostiene esta mentalidad colonizada? O. Mannoni lo explica con una parábola en su libro Prospero y Calibán: La Psicología de la Colonización:
Un perro callejero hambriento se encuentra con un hombre, quien se compadece y le avienta un hueso.
He aquí la génesis de la mentalidad colonizada: “Has hecho algo por mí sin tener la obligación de hacerlo; por lo tanto soy tuyo y me puedes mandar; pero, al mismo tiempo, yo espero que tú me protejas y veas por mi”. Esta es la actitud. La vemos y oímos día y noche en las instituciones de educación básica, media y superior mexicanas, donde la gente no concibe que su puesto o plaza se los debe a sus méritos académicos y profesionales, sino al “favor” que alguien “de arriba” le ha hecho. Parafraseando al Sr. Palestino: “yo le debo mi puesto a Juanito (“el sindicato”), soy suyo y acepto que me mande, pero a cambio recibo su protección y me convierto, por ello, en su fiel guardián”.
He aquí la esencia de la mentalidad colonizada, a diferencia de la mentalidad libre y democrática. Mannoni lo explica así: un caballero británico, miembro de una sociedad libre, aprende pronto a no dar comida a un perro callejero en un pueblo hindú, pues descubre que el perro lo seguirá para siempre. Es decir, en una sociedad libre y cambiante la estructura de la personalidad es muy diferente que en una sociedad colonizada y estática. En ésta última como lo es la sociedad mexicana, y particularmente el sistema educativo mexicano, el individuo vive seguro en su dependencia. Así, mientras la sociedad estática no sea fracturada y desmantelada, los subordinados estarán contentos con su dependencia, pues la primera necesidad psicológica de un colonizado es volverse dependiente de algo: de un general, de un funcionario, de un líder sindical… de un amo. Mannoni equipara la mentalidad colonizada con la actitud del perro callejero que se arrima, se repega y se vuelve fiel seguidor y guardián de quien le avienta comida sin tener la obligación de hacerlo.”
Las anteriores reflexiones del Dr. Hernández, pueden dar cuenta de la razón por la cual Ricardo Raphael, Arturo Cano, Alberto Aguirre y Noé Rivera coinciden en comentar que a la Maestra Elba Esther le gusta que la gente le deba algo: un favor, un bien material, un servicio. En la magnanimidad de la Maestra, hay implícito un quid pro quo.


Para finalizar, una última reflexión del Dr. Hernández Zamora:
“La necesidad de depender de algo o alguien es, entonces, el elemento primario en la estructura de la personalidad colonizada que no sabe decir simplemente “gracias” a quien sólo cumple con su trabajo (por ejemplo, asignar y firmar una plaza). Así, el sujeto subordinado se guarece bajo una relación de dependencia parasitaria, donde él mismo se ve como un ser inferior y desvalido que debe su lugar (su fuente de ingresos) al “favor” y la “benevolencia” del cacique, que encarna para él al Amo, Señor, Dueño y Jefe. Por supuesto, no se protege al Cacique porque se le ame, se le admire, o se le respete, sino por el insoportable temor a perder su protección, ya que si cae el Cacique, se hunde con él el pantanoso suelo de componendas y favores en que ambos, amo y criado, están parados. El pánico que tal escenario produce es tan grande, que cuando en 1988 un masivo movimiento magisterial derrumbó el cacicazgo del “Profesor y Licenciado” Carlos Jonguitud Barrios, sus más cercanos servidores se aprestaron a reemplazarlo por una nueva Ama, hoy convertida en la más inmoral de las líderes morales que la historia de México ha conocido
Deseo que el artículo de hoy despierte la reflexión, el análisis y el debate acerca de esta nueva mirada que, retadora, obliga a mirarnos en el mismo espejo de aquello que criticamos y a redefinir lo que dijo Sartre: “el infierno son los otros”.
¿Usted qué opina, estimado lector?






[ii]http://www.inaeba.guanajuato.gob.mx/foro/gregoriohdez.cfm , en su página de internet se pueden encontrar reflexiones y análisis realizados por el Dr. Hernández Zamora acerca de la cultura post-colonial: http://g-cep.blogspot.com/ En el apartado referente a sus textos,  es posible adquirir el libro del Dr. Hernández Zamora: “Decolonizing Literacy: Mexican Lives in the Era of Global Capitalism “ por amazon.com http://g-cep.blogspot.com/p/textos-d-grehz.html

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