lunes, 20 de febrero de 2012

Voto nulo. Consideraciones

Artículo publicado en SDP noticias

¿Qué tienen en común Pedro Ferríz de Con, Fernando Vallejo y el obispo Raúl Vera? Todos ellos se han pronunciado por anular el voto en las próximas elecciones.

Los que apuestan por el voto nulo, consideran que el atractivo de esta iniciativa se finca en el reconocimiento de que ninguno de los presidenciables está a la altura de las expectativas de lo que México requiere, pero olvidan que no hay tal cosa como el candidato perfecto.

Efectivamente, todos tienen incongruencias, inconsistencias y contradicciones. Sin embargo, lo importante es lo que subyace en las plataformas de cada uno de ellos, el lugar que en su propuesta ocupan los desposeídos, los que nada tienen, los que no conocen de justicia e igualdad ¿cuál es el trasfondo social de cada planteamiento de los aspirantes a la presidencia de la república?

¿Está México, como afirma Jacobo Zabludovsky[i] al borde del abismo? ¿Es cierto lo que plantea Luis María Ansón cuando plantea que “o México hace una evolución inteligente hacia una distribución más justa de la riqueza, o verá incrementado su riesgo revolucionario”?

No podemos negar, estimado lector, que 56 millones de pobres en México[ii], hartos de la desigualdad, la impunidad, la corrupción, la muerte y la injusticia  conviviendo con una elite que finca sus privilegios en que las cosas continúen como están y que su statu quo permanezca sobre el derecho de la población a educación de calidad, servicios de salud dignos y justicia para todos, brindan forma y fondo a las afirmaciones de  Zabludovsky y Ansón.

Independientemente de que el ciudadano mexicano sea capaz de identificar primero y diferenciar después la propuesta de país que encarnan cada uno de los presidenciables, es menester tener presente las siguientes consideraciones

1.- La participación ciudadana es condición sine qua non para lograr el cambio democrático que el país requiere. Si bien es cierto que en ese sentido, el voto nulo se diferencia del abstencionismo, también lo es que para fines prácticos, operan de la misma forma, al favorecer a aquel partido político capaz de utilizar eficientemente la maquinaria electoral que posee.

2.- Ejercer la ciudadanía, es asumir las obligaciones y derechos que la misma conlleva e incluye leer, estudiar, analizar y aterrizar los planteamientos de los aspirantes a la presidencia de México. Este punto es nodal, porque nuestro país está plagado de “opinadores” públicos y medios de comunicación que no privilegian la investigación, sino la tendencia y el rating.

3.- Debemos tener presente que en México la escuela pública no contribuye a la formación de los ciudadanos del siglo XXI que el país requiere y es en estos tiempos cuando es más evidente que tampoco le interesa formar alumnos críticos, analíticos y reflexivos incapaces de vender o transar el voto por una despensa o una láminas para techar su casa. Paulo Freire demostró en Brasil que la pobreza influye pero no determina la manera como los educandos pueden comprender primero y transformar después su realidad. Los militares brasileños lo comprobaron cuando se dieron cuenta del impacto de un nada inocente método de alfabetización diseñado por Freire denominado “La palabra generadora”.

¿Usted qué opina, estimado lector?


Twitter: @Anelin00

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