lunes, 20 de febrero de 2012

Hambre y sueño


Estamos en un momento en el que hablar de las necesidades de la sociedad en la que vivimos, parece que está de más.

¿No está usted cansado, estimado lector, de aquellos analistas, expertos y abajo firmantes que denuncian pero no hacen nada o que luchan por un México mejor y más justo desde la ciudadanía para terminar por formar parte justamente de esa estructura que han denunciado y combatido?

México tiene hambre y en aras de saciarla, debe despertar del letargo que ha convertido a sus ciudadanos en lo que Denise Dresser llamó “ciudadanos vasija”, acostumbrados a pedir, sujetos a un perverso círculo de corrupción que tiene que ver con la permanencia del statu quo de quienes manejan las políticas públicas.

Qué fácil es señalar lo que está mal y caer en el patético activismo de diván[i] de aquellos que denuncian el capitalismo salvaje desde su iPhone 4s, o marchan enfundados en sus playeras del Che, marca Guess o hackean sitios populares para dar a conocer su postura mientras comen un gansito y beben un frutsi, protegida su identidad al amparo del anonimato.

En ese orden de ideas, ¿qué función desempeñan las redes sociales en términos de activismo ciudadano? Sin duda, este fin de semana se evidenció una efectiva red ciudadana en varias partes de la República Mexicana, que se organizó para enviar ayuda a la sierra de Chihuahua.  Todo esto surgió por un video que denuncia el suicidio de 50 personas debido al hambre y la miseria que han padecido generacionalmente y que se agrava hoy día debido a la crisis económica y las condiciones climáticas.

Sin embargo, twitter sigue siendo, como dijo Arturo Pérez-Reverte, “territorio comanche”, sujeto a la culpa y la manipulación mediática que hace un par de meses denunció un ataque de parte de un comando armado a la población de El Mimbre, también de Chihuahua. Hecho totalmente falso.

En su artículo de hoy, titulado “Tarahumara, nuevo happening mediático”, Salvador Camarena afirma:

“Ojalá en los medios de comunicación hubiera más directivos que enviaran a más periodistas al lugar de los hechos y menos editores cachando lo que sale en las redes sociales”[ii]

Sin duda, tiene razón.

En el contexto de la hambruna que azota a nuestro país, que demanda justicia, paz, educación de calidad, de gente buena, activa, comprometida, de trabajo, discreta, sin interés en lucrar con la desgracia ajena, las redes sociales se han convertido en un arma de doble filo.

Fue de hecho, un tanto surrealista, ver deslizarse el tema de la hambruna en la sierra de Chihuahua, en tanto avanzaba la programación de los Golden Globes. Como dice Camarena, fue un “happening mediático” que a la postre fue sustituido por otro. Tal cual.

El despertar ciudadano implica conocer y aplicar formas efectivas de apoyo a causas, personas y asociaciones que brinden soluciones de raíz, no paliativos que sean olvidados conforme se deje de hablar del tema. Ese es el punto.

¿Usted qué opina, estimado lector?

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