jueves, 27 de octubre de 2011

Dios ha muerto

ARTÍCULO PUBLICADO EN SDP NOTICIAS


¿Adónde se ha ido Dios? Nosotros le hemos matado. Todos nosotros somos sus asesinos...” (Die Fröhliche Wissenschaft, número 125)

Nietzsche afirma que Dios ha muerto. Se ha inaugurado la posmodernidad. El hombre es dios y ya no necesita de la divinidad para existir. 


Y si Dios no existe, entonces como dice Karamázov: Todo está permitido. De otra forma, ¿por qué defender valores esenciales si no hay esencia, si todo es obra del azar, si el sacrificio de la Cruz no impone un deber para con los demás , justificado en el amor a Aquel que se entregó para llenar la realidad de sentido?[i]


 Un  análisis ramplón afirmaría que el cristianismo es “una salida falsa” (¿?) para los mexicanos. ¡Como si fuera muy fácil ser cristiano en estos tiempos!  


Vamos a ser francos. Seamos o no religiosos, atengámonos a un hecho incuestionable: un carpintero judío llamado Jesús, que vino de Nazaret y predicó durante algunos años antes de ser crucificado por las autoridades romanas, es el hombre con mayor influencia en el mundo. 


Debemos examinar lo que Dios significa para todos los hombres, incluso para aquellos que no creen en Él. Lo más importante es esto: Jesús es la suma, en su persona y en sus palabras, de aquel aspecto universal, a menudo latente, del antiguo testamento y de la historia de los judíos. Es la primacía del amor[ii].


Dios es La verdad en absoluto. No tiene nada que ver con la relatividad posmoderna que ve al nihilismo como fin último de la existencia, donde ahora resulta que el hombre decide qué es “bueno” y qué es “malo”, cayendo en contradicciones tales como defender a ultranza la “ética de los animales” y no privarse de comer carne o detestar las corridas de toros, pero descuidar la formación espiritual de sus hijos o permanecer indiferentes ante los niños de la calle. Esa es “la bondad” en nuestros días.


 Hoy, es motivo de risa insultar a los padres y menospreciar sus consejos. Los hijos que hacen eso, demuestran su “madurez” y “autonomía”, pero en el camino, pierden también la oportunidad de hacerse más sabios y de ser buenos; pero…¿para qué ser buenos? la bondad es para los débiles, dice Nietzsche.  


Los nuevos discípulos de Nietzsche reafirman que el cristiano es un animal enfermo, porque basan su existencia en la fe y no en el poder, que es la base de la felicidad, porque es real y es tangible. El mayor vicio, sostienen, es la compasión por los débiles. Nada les inspira mayor repulsión. Su dios es el poder y su existencia gira alrededor de un extraviado concepto de “libertad”. 


En Afganistan, una mortificada reportera inglesa le dice a una mujer taliban: “sé libre, quítate la burka” y ella le responde: “sé libre, póntela tu”. 


La periodista, en su soberbia de mujer occidental y “libre”, sabía “lo que es bueno” y “lo que es malo”, sin considerar que tal vez la mujer con la burka era mucho más libre que ella, si consideramos que la libertad, según Kant, está en hacer lo que se debe, no lo que se quiere, porque allí hay elección y sin ella no hay ejercicio alguno de la voluntad.


El Tomista posmoderno




La vida del tomista posmoderno gira alrededor de la premisa: “Hasta no ver no creer”, pero este silogismo es engañoso y fácilmente debatible:





¿Puede ver sus pensamientos? No. Pero ahí están ¿Puede ver la electricidad? No. Pero la utiliza todo el tiempo. Sabe que está allí a la hora que decida conectarse ¿Ve el viento? No, pero lo puede sentir, a veces tibio y cálido, otras amenazador y violento. Dios es más que la naturaleza, la electricidad o la razón.





Es curioso, pero el tomista posmoderno que cuestiona a Dios, busca la divinidad en los mismos hombres. Sigue al caudillo, al mesías, al Prometeo, sin comprender que “el hombre que confía en el hombre en lugar de confiar en aquel que lo creó”, está perdido.





Por eso, es muy probable que la pregunta que Jesús hace a sus discípulos: “¿Creen que cuando vuelva habrá fe en la tierra? (Lc. 18, 8) tendrá , lamentablemente, una respuesta negativa[iii].




[i] Conspiratio 13. “La fragilidad de la moral” Sicilia, Javier, Ochoa, Roberto y López Farjeat, Luis X. Bimestral. 2011, Año III
[ii] Esparza, José Javier y Esolen, Anthony. “Guía políticamente correcta de la Civilización Occidental” Edit. Ciudadela. Pp 68
[iii] ibid

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