jueves, 27 de octubre de 2011

Tucután el verde

ARTÍCULO PUBLICADO EN SDP NOTICIAS

En Tucután el verde no pasa nada.

Los informes de gobierno reflejan perfectamente lo que sucede en el Estado y son ejemplo de austeridad y democracia republicanas[i].
Aquí, los hombres de Estado acostumbran ser fotografiados para revistas que muestren  su amistad con los poderosos, aquellos que algunos llaman “los amos de México” o para presentar a la pareja que simboliza que ellos son hombres afortunados, no importa que sea el tercer o cuarto matrimonio: hay “una esposa” y es importante presentar al electorado una imagen de familia bien.

En Tucután el Verde, la llamada “lucha política” se remite a la defensa de privilegios, excepciones, cotos de poder y de recursos para poder demostrar “que se triunfó en la vida”. El político que se respete a sí mismo, debe demostrar que tiene la capacidad de dilapidar dinero en publicidad, regalos, fiestas, medios de comunicación e invitados especiales. Sigue vigente la consigna que exclama que un político pobre es un pobre político… los problemas del pueblo pueden esperar.

Sólo en Tucután el Verde, las llamadas “fuerzas progresistas” (¿?) luchan contra sus propios miembros, evidenciando que no hay ideología, doctrina política o un verdadero interés en lo que estas entienden por “progreso” en aras de considerar el bien común antes que el individual (Paideia). Hay miopía, no visión a largo plazo, posiblemente porque la mayoría mira la paja en el ojo ajeno antes de ver la viga en el propio.

Decía Octavio Paz:

“(…)Los de izquierda no han sabido unirse ni, lo que es más grave, han sabido elaborar un programa de veras nacional que, simultáneamente, sea viable y corresponda a la realidad de México. La derecha no existe, al menos en pensamiento político. Hay que repetirlo: nuestra obtusa derecha no tiene ideas, sino intereses (…)”

Aquí, los partidos políticos que deberían salvaguardar la democracia en tanto representen opciones diferentes para ejercer la ciudadanía, son en el fondo negocios particulares dedicados a ofrecer sus servicios al mejor postor o la consolidación del “líder”, a quien por cierto se “elige” al más puro estilo de aquellos considerados antagónicos, convirtiéndose automáticamente, en aquello que descalifican.

En Tucu, también se pretende legislar acerca de los usos de las redes sociales, porque constituye una de las pocas herramientas del ciudadano con la que desafía el discurso oficial de Tucután el Verde: “no pasa nada”. Los hombres de gobierno de todos los colores, están más preocupados por encarcelar tuiteros y legislar al respecto que por combatir verdadera y efectivamente la violencia en Tucután el Verde.

García Cantú (1976) decía a propósito de Tucu:

“Una nación que quiebra, llega al punto reconocido por André Malraux en otros pueblos desdichados (…) se empieza por no tolerar la crítica, después se elimina la autocrítica, después se eliminan las masas y como el partido sólo puede encontrar en ellas su fuerza revolucionaria, se tolera la formación de una nueva clase(…)

…pero aquí ,en Tucután el verde, no pasa nada.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario