jueves, 27 de octubre de 2011

LA TERCA MEMORIA

ARTÍCULO PUBLICADO EN SDP NOTICIAS

“No hay nadie más libre que el periodista”

Hace 4 años, Carmen Aristegui, Lydia Cacho, presentaron este libro que no es una autobiografía, pero según Aristegui, se le parece mucho en tanto presenta un claroscuro que, por contraste permite esbozar al hombre y al periodista.

El Maestro Scherer es un personaje solitario. Él dice que no tiene amigos, aunque reconoce que tiene buenos compañeros de batallas, como Vicente Leñero.

La situación por la que pasó al frente de Excélsior lo dejó marcado de por vida. De hecho, de los treinta temas que abarca el texto, doce se refieren precisamente a ese período donde fue corrido de su propio periódico.

Su franca animadversión a la corrupción y la doble moral de los políticos, lo convirtió en un periodista de vanguardia, sin tregua ni descanso. En consecuencia, se ha convertido en un personaje polémico y sin medias tintas: amado u odiado, pero todos lo admiran y respetan.

Sabe que así es, pues no pide permiso para emitir adjetivos calificativos como “traidor” “corrupto”, “ladrón” y “mafioso”


Alejado del poder
“Una nación sin crítica, es una nación ciega”
Octavio Paz


Le dedica un capítulo entero a Héctor Aguilar Camín quien escribe actualmente en el periódico Milenio. Implacable, narra con firmeza

“(…)El historiador era un beneficiario más del uso arbitrario de la llamada , ‘partida secreta’ de la Presidencia de la República. Desde los Pinos, ejerció con ´absoluta discrecionalidad y son control´ 1160 millones de dólares, según un análisis de las fracciones del PRD y del PAN en la Cámara de Diputados”

Y es que desde la revista NEXOS, Aguilar Camín despertó suspicacias en la comunidad intelectual por la cercanía con Salinas de Gortari desde los tiempos de Miguel de la Madrid (1982-1998).

“(…)De las sospechas se pasó a las acusaciones directas en el sexenio Salinista, como las que lanzaron Octavio Paz y otros autores notables de la revista Vuelta, en el marco de una agria polémica en los primeros meses de 1992”

-       Octavio Paz acusó al grupo de querer apoderarse de “centros vitales de la cultura mexicana”

-       Gabriel Zaid describió a Aguilar Camín como una especie de Fidel Velázquez de la cultura

-       Enrique Krauze llamó a Nexos “consorcio paraestatal”

A través de Proceso, la escritora Elena Poniatowska, exconsejera de Nexos fue tan clara como sencilla al referirse a la situación de Aguilar Camín: “Es desoladora, lamentable y dolorosa para todos los que escribimos (…) demuestra una vez más que un intelectual debe mantenerse alejado del poder, porque la cercanía con los poderosos destruye. La ronda en torno al príncipe es siempre degradante y a veces mortal”

La amistad tiene sus propios caminos

El Maestro Scherer cuenta además, cómo Aguilar Camín le llamó por teléfono para pedirle como un favor especial “de amigo a amigo”, que no publicara un reportaje particularmente revelador, que evidenciaba con copias de cheques y facturas, haber gozado de los privilegios de la partida secreta de Salinas de Gortari:

-       Ya no te preocupes del asunto, todo está aclarado –dice Aguilar Camín-

-       A mí no me lo parece –Responde Scherer

-       Somos amigos

-       Éste es un asunto que nada tiene que ver con la amistad. La amistad tiene sus propios caminos

-       Por eso

-       No, Héctor.

-       Me perjudicas.

-       Yo, no.

Poniatowska por su parte, opina: “El que le apuesta a los que no tienen poder, a la gente común y corriente, finalmente es el que alcanza la verdadera riqueza. ¡Mil veces aparecer nombrado en las Islas Marías en calidad de preso político como Revueltas que en cheques de la presidencia!” A la pregunta expresa:

¿Por qué cree usted que los intelectuales se muestran renuentes a opinar sobre este caso?

-       Porque tienen miedo de perder sus privilegios(…)



Para el Maestro Scherer, guerrero de mil batallas, la congruencia es un bien valor. Los lectores podemos o no estar de acuerdo con él, pero hay una admiración implícita en un hombre que se hizo a sí mismo en su propia cancha con sus propias reglas. Queda claro, a través de la “Terca memoria”, que Don Julio Scherer García es un hombre de su tiempo, congruente y fiel sólo a sí mismo.

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