ARTÍCULO PUBLICADO EN SDP NOTICIAS
José llega a su casa aproximadamente a las dos de la tarde, después de una jornada de trabajo particularmente pesada. Él es profesor de una escuela primaria ubicada en Fortín de las Flores, Veracruz. Sabe que tiene poco tiempo para tomar sus alimentos, pues a las cuatro de la tarde debe presentarse a la central de taxis donde trabaja cinco horas como ruletero.
Sara lo admira en silencio y se sabe afortunada. Desde que ella y José se casaron hace casi trece años, éste ha sido un hombre modelo: cariñoso con sus tres hijos y trabajador a más no poder. Llevan cuatro años en la vivienda que actualmente ocupan y que con muchos sacrificios ¡sólo Dios sabe cuántos! pudieron adquirir a través de un crédito de Fovissste. La propiedad tiene apenas sesenta metros cuadrados de construcción, que son insuficientes para albergar a cinco personas. Ocupan la planta alta de un condominio cuádruplex que han reformado con la instalación de protecciones a las ventanas y puertas y la instalación de dos ventiladores de techo.
Frecuentemente, Sara y José platican con sus hijos acerca de que deben sentirse afortunados de tener un techo sobre su cabeza y comida en la mesa. Están conscientes de que no pueden ahorrar, porque con los tres hijos en la escuela apenas si llegan a fin de quincena. La vida es dura, pero ellos insisten a sus vástagos que la única herencia que les dejarán es la oportunidad de ir a la escuela y terminar –ojalá- una carrera universitaria. No alcanza para más.
II
Hoy, Sara no tiene buenas noticias: ha llegado una carta donde lee que José no ha pagado sus aportaciones al crédito del condominio[i], su nombre aparece boletinado a nivel nacional en el Buró de Crédito. Además –dice la carta- la propiedad será embargada si no se cubre el adeudo en un plazo no mayor a diez días a partir de que fue recibida la notificación. Problema aparte es considerar que por lo anterior, no pueden utilizar la única tarjeta de crédito que poseen “para emergencias” cuando no alcanzan a llegar a fin de mes
José se pone lívido y se queda sin habla. “No puede ser” es la única frase que se repite una y otra vez en su mente. De inmediato, llama por teléfono al secretario de la delegación sindical a la que pertenece:
-Hola, Juanito, sé que estás ocupado y disculpa que te moleste, pero fíjate que acaba de llegar una carta…
-Ah, no te preocupes- dice Juanito, interrumpiendo a José -¿es por una mentada carta que están recibiendo los profes donde se les dice que están en el buró de crédito porque el gobierno de Veracruz no ha depositado los pagos? ¡No hagas caso, hombre! Ya lo estamos arreglando, mira…
-No, mira tú, Juan: A mí el gobierno de Veracruz a través de la secretaría de educación, me descuenta puntualmente los pagos que tiene el deber de depositar para pagar mi casa ¿qué pasó? ¿de qué se trata? ¡ Tú eres mi representante sindical y deberías estar igual de indignado que yo y en vez de eso estás restándole importancia al asunto ¡
-Déjame hablar, José. No eres el único en esa situación. Acércate al colegiado de vivienda y llena un documento para que se dé puntual seguimiento a tu caso…
-¿Sabes qué, Juan? Esto es un robo…
III
Lo que José todavía no sabe, es que el gobierno de Veracruz, de 2004 a 2010, no realizó los pagos de seguros de vida, cuentas de retiro individual, cuentas de vivienda ni algún otro crédito disponible para los profesores en el estado de Veracruz, aunque todos los pagos de esos préstamos y servicios fueron descontados vía nómina, puntualmente a cada trabajador[ii].
¿Gobiernos que roban a los ciudadanos?
“Es peligroso tener la razón, cuando el gobierno está equivocado”
Voltaire
A José, como a muchos otros profesores del estado de Veracruz, el mismo gobierno del estado los ha robado, porque no se puede llamar de otra manera al acto de descontar del salario de trabajador una cuota quincenal que, en vez de ser depositada donde corresponde, es utilizada para otros fines por parte de la institución oficial tiene la obligación legal de velar por el bien individual y común de las personas.
Por otra parte, el Sindicato, cuya premisa básica es cuidar los intereses de sus agremiados, no ha presentado (ni lo hará) una denuncia por fraude en contra de quien resulte responsable (¿quién cree usted?), evidenciando el contubernio[iii] que existe entre ambas instituciones (oficial y sindical). Con estas acciones, el concepto “inmoral” obliga a ser revisado y redefinido.
La zanahoria
Para que el caballo lechero, que utiliza anteojeras, pueda seguir andando sin detenerse, tiene delante de sí, una zanahoria que le garantiza a aquel que lo dirige, que no se desviará del camino que le ordena.
En el caso del gremio magisterial, donde los salarios son ridículos comparados con la carga de trabajo y responsabilidades que tiene el profesor, “la zanahoria” son todos aquellos “incentivos económicos” que hacen que el docente no diga nada y acate las instrucciones más descabelladas con tal de tener la posibilidad de conseguir un ingreso extra, sin prestar atención a los usos políticos de cada una de las acciones que se implementan desde los órdenes de gobierno.
El examen de ENLACE es un ejemplo claro: Es un instrumento sesgado, parcial e inexacto, pero si al principio hubo algunos brotes de descontento por parte de los profesores, estos han sido silenciados a través de los estímulos económicos que concede el gobierno a aquellos docentes cuyos alumnos obtienen un buen desempeño en la prueba.
El uso político de los incentivos, estímulos, aumentos salariales y retroactivos es penoso en entidades como Veracruz. En 2009, el gobierno del estado pagó el retroactivo a los docentes en dos partes: una en Octubre y otra en Noviembre. En 2010, el mismo pago se realizó en una sola emisión en la segunda quincena de Junio, apenas unos días antes de las elecciones a gobernador, donde los profesores veracruzanos acudieron confiados en que “para muestra un botón”, con el nuevo dirigente estatal estaban asegurados los pagos al gremio y votaron por él.
Sin embargo, hasta la fecha, el gobierno del estado no ha pagado a los docentes el aumento magisterial que está autorizado desde principios de Mayo de 2011 y es retroactivo al primero de Enero.
Los signos de los tiempos…
La lideresa magisterial, comenta en una entrevista recién concedida a CNN[iv]:
“Imagínese un sindicato como el nuestro, con estas opiniones, con ingratitudes de falta de reconocimiento de lo que en su momento se contribuyó para lograr objetivos(…)”
Es decir, la maestra siente que el gremio y la sociedad en su conjunto somos ingratos porque no le otorgamos ni el reconocimiento ni la gratitud por haber utilizado a los profesores y niños de este país como rehenes de sus intereses personales, independientemente de los recursos económicos que ha obtenido a nuestras expensas y que la hacen una de las mujeres más poderosas de este país.
El intelectual Jorge Castañeda se atreve a afirmar que la lideresa magisterial colocó a los profesores mexicanos de vuelta en la anhelada “clase media”. Por el contrario, todo parece indicar que los colocó en una “zona de confort” con “privilegios” de humo, que ahora está entregando de nuevo al gobierno, al colocar en puestos clave a personas sin la más mínima preparación para el cargo.
La profesión docente es la única en la que no existen los ascensos por tener maestría o posgrado, sino por mecanismos propios del sindicato magisterial que tienen más que ver con lealtades y prebendas que con elevar la calidad educativa. Así estamos…
¿Y bien?
¿Cuál es tu trinchera? La mía, es la palabra que, gracias a Sicilia, últimamente ha sido reivindicada. Los profesores debemos hacer valer nuestra voz y propiciar un cambio desde las bases. No es tarea fácil y el camino es sumamente irregular, lleno de trampas, calumnias y difamaciones para aquellos que queremos un verdadero cambio, pero te invito a que lo hagamos, tú y yo…no por el reconocimiento frívolo y fugaz que han perseguido nuestros líderes magisteriales, sino por la gran satisfacción (personal, callada y sin estridencias) de haber dado nuestro mejor esfuerzo a contracorriente. Esa, compañero profesor, es una verdadera razón para seguir adelante.
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