jueves, 27 de octubre de 2011

Solalinde y Dalí

ARTÍCULO PUBLICADO EN SDP NOTICIAS






José Alejandro Solalinde Guerra es un incordio.



Tirios y troyanos lo han amenazado para que abandone la lucha a favor de los migrantes. Dice el padre Solalinde para BBC Mundo[i]:

"Me quieren matar porque yo y otros defensores de México estamos estorbando a intereses muy fuertes (…) En el istmo (donde Solalinde tiene su albergue) pasan drogas y armas, hay trata de personas y de órganos, donde se secuestra y se extorsiona a las personas... y esos genera ganancias millonarias. Nosotros estamos en el blanco por oponernos a ello"



Sobra decir que este valiente sacerdote católico, sigue trabajando por los migrantes que los ojetes[ii] asesinan, extorsionan o maltratan. Al padre Solalinde le importan los que a nadie importan, porque para la mayoría representan el migrante abyecto, sin rostro y sin nombre y no significan nada,  todos son iguales.



El radio de acción de este aguerrido hombre de fe, es un cuadro que Dalí jamás tuvo oportunidad de pintar, pero no por eso es menos surrealista: México.



Aquí en México, el presidente Felipe Calderón llama criminales a los que están fuera de la ley, pero pacta con lideresas de sindicatos que no pueden ni quieren transparentar el uso de recursos humanos y económicos.



Aquí en México, criminal es quien lastima o atenta en contra de otro ser humano. Pero hay muchas formas de agresión y las más efectivas son las más sofisticadas. Negar a un niño la posibilidad de tener una educación de calidad, es una forma mucho más sutil de atentar en contra del futuro de todo un país.



Aquí en México, criminal es quien al solapar, se hace cómplice de un delito. Sin embargo, ex presidentes y ex gobernadores han aceptado que llegaron a un acuerdo tácito con el crimen organizado y no se les ha seguido el procedimiento de rigor al que cualquier ciudadano mexicano sería acreedor de existir la justicia en este país, lo que demuestra la vieja máxima: “Para mis enemigos, la ley, para mis amigos, todo”





México surrealista, donde quienes dicen estar de parte de la ley, como el señor Genaro García Luna, son enfrentados por el padre Solalinde, quien con la autoridad moral de aquel que sólo busca ayudar al prójimo, le cuestiona:



“¿de qué lado está? sí está del lado de los secuestros, si está del lado de los zetas y demás, o si en verdad está del lado de los hermanos migrantes, del lado de estas víctimas que han sufrido por esta violencia, por esta corrupción, por esta impunidad".[iii]



Ayer miércoles, el padre Solalinde durante la inauguración del "Diálogo Multi- actor: Aportaciones y Propuestas a la Ley de Migración y su Reglamento", convocado por senadores del PRD, expresa su preocupación porque el espíritu de la ley que protege a migrantes, se deje a un lado.



Sólo en México, a un verdadero defensor de los derechos humanos, no se le toma en serio. El padre Solalinde se pregunta: ¿De verdad nos tomará en cuenta la Secretaría de Gobernación?"[iv]



Muchos ya sabemos la respuesta. 


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