jueves, 27 de octubre de 2011

PEANUTS

“Debes seguir tu propio camino, porque jamás serás feliz siguiendo el de otro”
iphilosofia


Dibujo de Quino. “¡Cuánta Bondad!”. Edit. TusQuets. 1993.


¿Por qué trabajan las personas?

¿Es “el hobby” de la gente la verdadera pasión que dirige su vida?

Hasta ahora,  la creencia de que la gente trabaja por dinero es una afirmación válida, generalizada e incuestionable, pero ¿es así?

Ken Robinson dice algunas cosas que puestas todas en un solo argumento, permitirían debatir el argumento anterior. A través de “La falacia del incentivo monetario”, Robinson es escandalosamente retador[i]:

1.    Nuestras motivaciones son increíblemente interesantes

2.    Los científicos están sorprendidos: no somos tan infinitamente manipulables y predecibles como la mayoría de las personas cree.

3.    La famosa fórmula: “si recompensas, obtienes más de lo que quieres – si castigas obtienes menos de lo que quieres” es falsa.

El experimento I.

Científicos del MIT (Massachusset Institute of Technology)  tomaron un grupo de personas y les dieron una serie de desafíos, cosas como: memorizar una serie de dígitos, resolver crucigramas, rompecabezas espaciales, hasta actividades físicas como lanzar pelotas a un aro.

Para incentivar su rendimiento, hay tres niveles de recompensas: si lo hacen bien, tienen una recompensa pequeña, si lo hacen medianamente bien, tienen una recompensa mediana y si están en los más altos rendimientos, la recompensa es igualmente elevada.

¿Le suena esta película? Dice Robinson que es el experimento representa el típico esquema de motivación de una organización: recompensamos al mejor e ignoramos al de menor crecimiento ¿y qué pasa con los del medio? Obtienen un poquito.

En el experimento anterior, éstos fueron los resultados que asombraron a los científicos:

1.    Siempre y cuando la tarea requiera sólo habilidades mecánicas, el incentivo funciona como se espera

2.    Una vez que la tarea requiere la utilización de mínimas habilidades cognitivas, mayor recompensa lleva a un pobre rendimiento…insólito ¿no cree usted?

3.    Los que hicieron el estudio, son todos economistas, dos del MIT de Chicago y uno de Carnegie Mellon “Top Economic Professors” y están llegando a esa conclusión que parece totalmente opuesta a lo que se aprende de manera ortodoxa en ese campo, que es :”A mayor recompensa, mejor rendimiento”. Una vez que superas las habilidades cognitivas, todo es al revés.

4.    Lo anterior es extraño, lo extraño es gracioso y lo gracioso es bizarro

El experimento II. La réplica en India

En Madurai, India, en la parte rural, donde 50 ó 60 dólares, cualquiera que sea el número, es significativo en términos monetarios, éstos mismos profesores replican el experimento, bajo el siguiente esquema:

-       Bajo rendimiento.- Salario equivalente a dos semanas

-       Medio rendimiento.- Salario equivalente a un mes

-       Alto rendimiento.- Salario equivalente a dos meses

En India, aplicaría otro contexto. Muy diferente al de los Estados Unidos. Ésta vez, el estudio demostró que las personas mejor pagadas, tenían los peores rendimientos. Lo sorprendente de estas conclusiones es que se repitieron una y otra vez a lo largo y ancho del planeta y realizados por especialistas de diferentes áreas: psicólogos, sociólogos, etcétera.

En el mundo real, todos debemos trabajar para obtener una remuneración que nos permita proporcionar un nivel de vida digno y decente para nosotros mismos y nuestros seres queridos. El punto de Robinson es que seremos mucho más eficientes, productivos y felices, si hacemos lo que nos gusta y nos realizamos a través de esto. Desafortunadamente, en la mayoría de los casos, en la elección que realizamos de nuestro trabajo opera el “ni modo, esto fue lo único que pude encontrar”, sin considerar que el genio interior, la pasión o “el elemento” como le llama Robinson nos catapultaría al éxito por la simple y sencilla razón de que estaremos haciendo lo que nos gusta y de paso…sólo de paso, seremos felices en el proceso ¿qué tal?

¿Trabajas por cacahuates?...¡Qué oso!

No, ni siquiera lo considero un trabajo. Esto que hago justo ahora es por el puro placer de expresar por escrito mis ideas y compartirlas con aquellos que me hacen el honor de leer lo que nace de mi corazón y la sinapsis de mis neuronas.  ¿Cuántos pagan por hacer lo que les gusta? A través de este medio, puedo realizarme en esas áreas de mi vida que siempre me han apasionado: la lectura y la escritura. Para mí, escribir para SDP es una oportunidad única y magnífica de hacer lo que me encanta. No es para ser popular, conocida o admirada. Eso es lo de menos. En mi caso hay una satisfacción, personalísima, íntima y hasta sagrada que me hace dar gracias a Dios diariamente, por tener la oportunidad de disfrutar enormemente la lectura  y escribir acerca de mi visión del mundo.

Me quedo con la reflexión que @callodehacha lanzó ayer al ciberespacio a través de twitter: “Hagas lo que hagas a alguien siempre le va a parecer una mierda o le va a parecer genial. Mi #FF de hoy es para ti, que haces lo que te gusta. Ah, qué sabiduría encuentra una de repente en éstas nuevas narrativas virtuales. Gracias, @callodehacha, no entiendo muy bien el significado ni la utilidad del #FF en el twitter, pero si es a lo mejor del gremio, va el mío en prenda para ti y para usted, apreciable lector, que me hace el honor de leer mis artículos. Un abrazo.

PD.- ¿Cuál es su elemento?

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