jueves, 27 de octubre de 2011

EL ARTE DE ESCUCHAR

ARTÍCULO PUBLICADO EN SDP NOTICIAS



¿Le ha sucedido, amable lector, que está usted hablando y su interlocutor no espera a que termine de hacerlo y lo interrumpe? Aparte de la evidente falta de educación, ese hecho demuestra que no está usted siendo escuchado y así, no se puede dialogar, construir acuerdos, tener empatía por el otro…

Todos oímos, pero pocos escuchamos y esto no tendría mayor relevancia si no afectara áreas muy importantes de la vida del hombre.

Por ejemplo, la vida política de un país. Como ciudadano ¿usted siente que sus representantes en las cámaras de diputados y senadores lo escuchan? Baste ver las cuentas de twitter de algunos de ellos, para comprender que tienen su propia agenda y no escuchan argumentos, razones ni quejas.

Paradójicamente, cuando los políticos andan en campaña, ahí sí se toman el tiempo para tomarse la foto con usted, atenderlo, brindarle sus teléfonos y decirle lo que usted quiere escuchar…lo mismo de siempre.

Saber escuchar es ante todo, otorgarle al otro el respeto que merece como interlocutor e implica movilizar competencias propias del ser: la empatía, la comprensión, la solidaridad, entre otras.

Baste observar un debate en la cámara de diputados, para comprender que el diálogo brilla por su ausencia, hay conversaciones paralelas y legisladores encantados con su propia voz, contando su propia idea y se observa a sus pares pensando en qué le van a contestar, no en lo que el otro está hablando.

Aquí la pregunta interesante es ¿cómo construyen acuerdos? Porque si una parte no escucha a las otras, significa entonces que las reformas se realizan de manera cupular y si esto es cierto, entonces ¿qué función desempeñan realmente quienes tienen la tarea de representar nuestros intereses en las cámaras de diputados y senadores?

Así las cosas, una sociedad que no escucha no puede dialogar ni construir y por ende no puede progresar. Siempre habrá quien piense diferente, quien tiene un punto de vista alternativo, por ello se debe comprender que nadie tiene la verdad absoluta y con humildad, aceptar que el otro tiene parte de la razón y parte también de la solución.

Saber escuchar, implica comenzar desde casa a practicar este arte. “Porque lo digo yo” y “no te estoy pidiendo tu opinión”, son dos de los argumentos más utilizados en aras de un falso concepto de autoridad en el contexto familiar. La educación es un proceso que dura toda la vida y no se remite únicamente a la escolarización del individuo. Valores como la tolerancia, la solidaridad, la empatía y, por supuesto el arte de escuchar, comienzan desde el hogar.

¿Usted qué opina?   

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